Adán─ el primer hombre y pecador

El primer hombre que perdió la inocencia

Adán fue el primer hombre, creado en la creación.  Antes de sucumbir a la tentación y el pecado, vivía en el jardín del Edén. Aunque se desconoce la ubicación exacta del jardín del Edén, algunos eruditos bíblicos creen que podría haber estado cerca de Babilonia, a unos cincuenta millas al sur de la actual Bagdad. Comenzamos la historia de Adán con el momento en que Dios formó al hombre.

Del polvo- el hombre

Génesis 1:26-27: Luego Dios dijo:

«Ahora hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Tendrá poder sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y en toda la tierra. Reinará sobre los animales terrestres, y sobre todos los que se arrastran por el suelo».

Así que Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza, creó al varón y a la mujer.

Génesis 2:7: El SEÑOR Dios formó al hombre tomando polvo de la tierra, sopló en su nariz aliento de vida y el hombre se convirtió en un ser viviente.

Hecho por la Trinidad

Dios creó a Adán, pero el uso del verbo "hagamos" implica que no lo hizo solo, sino con Jesús y el Espíritu Santo, quienes siempre han coexistido con Él y no tienen principio ni fin. Si Dios es espíritu, ¿cómo creó a Adán a su imagen y semejanza? Primero, le dio su aliento, soplando en su nariz. Segundo, a cada hombre le da un espíritu, que es su verdadera esencia: no puede ser destruido y, tras la muerte del cuerpo, va al cielo o al infierno.

Como los seres humanos tienen un espíritu, no son como los animales, y pueden razonar. Después de la caída, dejaron de ser inocentes como los animales y adquirieron el conocimiento del bien y del mal. Dios es eterno, y puso la eternidad en el espíritu de cada persona. Además, creó al hombre con la responsabilidad de ejercer dominio sobre la tierra y todos los seres vivientes, de la misma manera que Dios tiene el dominio absoluto sobre todo. Dios tiene el poder de elegir, y le otorgó al hombre el libre albedrío.

¿Adán realmente fue el primer hombre? Génesis 1:27 dice: "Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó." Esta afirmación puede interpretarse de distintas maneras. Una posibilidad es que Dios creó primero a Adán y luego a Eva. Sin embargo, otra interpretación sugiere que Dios pudo haber creado a varios hombres y mujeres, y que la Biblia destaca a Adán y Eva porque fueron los primeros en pecar. Esta última opción plantea que el relato de Génesis 2 no contradice Génesis 1, sino que se centra en los protagonistas más relevantes para la historia de la caída. En cualquier caso, ambas interpretaciones han sido objeto de debate y estudio teológico, influyendo en distintas doctrinas y perspectivas.

Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Es asombroso pensar que, miles de años después, la comunidad médica aún enfrenta desafíos para comprender y sanar el cuerpo humano. Nunca dudes del poder de Dios; si Él pudo crear seres tan complejos a partir del polvo, no hay límites para lo que puede hacer. Dios ama Su creación y le otorgó plena libertad en el jardín, con una única restricción. Continuamos la historia leyendo la única prohibición que Dios impuso a Adán.

No debes comer del árbol del conocimiento del bien y del mal

Génesis 2:15-17: El SEÑOR Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara. Luego el SEÑOR Dios le ordenó al hombre: «Puedes comer libremente de cualquier árbol en el jardín, pero no debes comer del árbol del conocimiento del bien y del mal porque el día que lo hagas, sin duda morirás».

Una sola prohibición 

A menudo, los cristianos son conocidos por numerosas reglas y restricciones. Sin embargo, el relato del jardín del Edén demuestra que Dios no impuso muchas normas; solo estableció una prohibición con el propósito de preservar la inocencia de Su creación. Dios le prohibió a Adán una única cosa: comer del árbol del conocimiento del bien y del mal.

Continuamos la historia explorando el trabajo que Dios le encargó a Adán.

Adán les puso nombre a todos los animales

Génesis 2:19-20: Entonces el SEÑOR Dios formó de la tierra a todos los animales del campo y a todas las aves del cielo. Los llevó al hombre para ver cómo los iba a llamar y con ese nombre se quedó cada ser viviente. El hombre le dio nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales silvestres; pero ninguno de ellos resultó capaz de formar pareja con él para ayudarlo.  

La bendición del trabajo

Dios colocó a Adán en el jardín para que lo cuidara y cultivara, no para que se limitara a descansar. Sin embargo, nunca fue Su intención que el hombre tuviera que trabajar arduamente todos los días de su vida; esa carga llegó como parte del castigo tras la caída. Desde entonces, el hombre tiene que trabajar mucho y luchar para tener algo de tiempo con Dios y con su familia.

Dios creó el trabajo como una expresión creativa para fomentar el crecimiento del hombre mientras cuidaba y cultivaba la creación. No obstante, en muchas ocasiones, nuestros empleos dejan de ser una manifestación creativa y se convierten en una necesidad, un medio para subsistir, tal como sucedió con Adán tras el castigo. En el cielo, los oficios serán perfectos, los trabajos que Dios tenía destinados para nosotros desde el principio. Así que, si tu labor actual no te entusiasma, trabaja como si Dios fuera tu jefe, porque algún día lo será por la eternidad.

Dios no necesitaba a Adán para cuidar ni nombrar a los animales, pero lo invitó a participar en el dominio de la tierra. Al percibir su soledad, quiso brindarle compañía más allá de los animales, que aunque estaban a su lado, no podían ayudarlo en su labor. Dios no quería que Adán estuviera solo, así que lo sorprendió con una compañera que lo apoyaría en todo. Continuamos la historia con la creación de la primera mujer.

Una compañera para Adán

Génesis 2:18, 21-25: Entonces el SEÑOR Dios dijo:

«No le hace bien al hombre estar solo, haré a un ser capaz de ayudarlo y que sea como él». Entonces el SEÑOR Dios hizo que el hombre durmiera profundamente y mientras dormía le quitó una parte de su costado y rellenó esa parte con carne. Después, de esa parte de su costado el SEÑOR Dios hizo una mujer y se la llevó al hombre. El hombre dijo:

«¡Al fin ! ¡Esta es hueso de mis huesos y carne de mi carne! La llamaré “mujer” porque fue sacada del hombre».

Por esa razón el hombre deja a su papá y a su mamá, se une a su esposa y los dos se convierten en un solo ser. Tanto el hombre como la mujer estaban desnudos, pero ninguno de los dos se avergonzaba por eso.

¡Tatán!

¿Por qué Dios hizo que Adán se durmiera antes de crear a la mujer? Tal vez quiso sorprenderlo con Su obra. Dios sabía que, aunque no siempre se llevarían bien, el hombre necesita la compañía y el apoyo de la mujer, y ella la protección y cariño.

Si eres soltera y anhelas casarte, ten ánimo, porque Dios valora el matrimonio y no quiere que vivas en soledad, sino que tengas una pareja para toda la vida. Su plan para el matrimonio es que la pareja se aparte emocional y físicamente de sus padres, convirtiéndose en una sola carne. A través de la relación conyugal, los esposos cumplen, fortalecen y complementan el vínculo matrimonial.

Aun en el jardín perfecto, el pecado logró entrar. Eva, tentada por la serpiente, tomó del fruto prohibido, lo comió y se lo ofreció a Adán, quien también lo comió. De repente, ambos comprendieron la diferencia entre el bien y el mal; su inocencia se desvaneció, sintieron vergüenza por su desnudez y experimentaron miedo ante la presencia de Dios. Continuamos la historia leyendo cómo intentaron esconderse de Dios después de pecar.

Desnudos y escondiéndose

Génesis 3:8-12: En medio de un ventarrón retumbaba la voz del SEÑOR Dios que caminaba por el jardín. Entonces al oírlo, el hombre y la mujer se escondieron del Señor Dios entre los árboles del jardín. El SEÑOR Dios llamó al hombre y le dijo: —¿Dónde estás?

El hombre le respondió: —Escuché que andabas por el jardín y me asusté porque estaba desnudo, entonces me escondí.

Luego Dios le preguntó: —¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que les prohibí comer?

El hombre dijo:

—La mujer que me diste por compañera me dio del fruto de ese árbol, y yo comí.

Todo es culpa de esa mujer que me diste

Adán le echa la culpa a Eva (y a Dios) por su propia decisión de comer del árbol prohibido. Cuando pecamos, es muy importante confesarlo a Dios, tomando responsabilidad personal por haber pecado, pidiéndole a Dios que nos muestre otro camino para la próxima vez que enfrentemos la tentación. La verdad es que Dios no tenía que darle a Adán una compañera, pero fue un regalo de su bondad y misericordia. Cuando Dios nos da algo bueno, no le echamos la culpa por nuestros propios errores. 

Adán culpó a Eva (y a Dios) por su propia decisión de comer del fruto prohibido. Sin embargo, cuando pecamos, es fundamental confesar nuestra falta ante Dios, asumir la responsabilidad personal y pedirle que nos guíe hacia un camino distinto cuando enfrentemos la tentación nuevamente. La verdad es que Dios no tenía la obligación de darle a Adán una compañera; lo hizo como un acto de bondad y misericordia. Por eso, cuando Dios nos concede algo bueno, no debemos culparlo por nuestros propios errores, sino reconocerlos y aprender de nuestras decisiones.

¿Se escondieron de Dios por darse cuenta de estar desnudos y por haber violado la única ley que les dio, o por darse cuenta de quienes eran en verdad, pecaminosos y no dignos de tener una relación con Dios? La verdadera muerte es la separación de la comunión perfecta con Dios. Cuando comieron del fruto prohibido, murieron espiritualmente, y desde entonces, todo ser humano nace "muerto".

Tras su pecado, la pareja perdió el privilegio de disfrutar la presencia directa de Dios y la comunión perfecta con Él. ¿Por qué los seres humanos huimos de Dios y reemplazamos una relación íntima con Él por obras y rituales que nos hacen sentir justificados, pero en realidad nos alejan de Su presencia? Desde el principio, el deseo de Dios fue que nada obstaculizara nuestra relación con Él.

Tres preguntas

Dios le hizo tres preguntas a Adán, aunque ya conocía las respuestas: dónde estaba, quién le había dicho que estaba desnudo y si había comido del árbol prohibido. Cuando Dios nos hace una pregunta, no lo hace para obtener información, sino para darnos la oportunidad de ser honestos con Él. Adán respondió que había escuchado a Dios y se había escondido porque sintió miedo al darse cuenta de su desnudez. Sin embargo, más allá de la vergüenza, es probable que su temor proviniera del castigo inminente. Continuamos la historia leyendo el castigo que Dios le impuso a Adán por su pecado, un castigo que sigue afectando a toda la humanidad hasta hoy.

Trabajando duramente hasta que mueras

Génesis 3:17-19: Luego Dios le dijo al hombre:

—Ya que tú obedeciste a tu mujer y comiste del árbol que yo te había prohibido, la tierra estará maldita por tu culpa. Tendrás que conseguir la comida por medio de duro trabajo, durante todos los días de tu vida.  Del suelo nacerán cardos y espinas para ti, y tendrás que comer plantas del campo.  Obtendrás tu comida trabajando duramente hasta que mueras y regreses al polvo, porque tú saliste de allí. Polvo eres y en polvo te convertirás.

Precio del pecado

Dios maldijo a la serpiente y a la tierra, pero no a Adán. Su disciplina y corrección, aunque dolorosas, tienen un propósito redentor: edificar y guiar a Su creación de vuelta al Padre. Desde la caída en el jardín, los seres humanos han buscado diversas formas de aliviar la separación de su Creador, pero solo hay una manera genuina de satisfacer el espíritu: la comunión y la relación con el único Dios.

La intención original de Dios era que Adán tuviera dominio y autoridad sobre la tierra, pero al elegir el pecado, perdió el privilegio de gobernar en el Jardín del Edén. En vez del hombre ejerciendo dominio, Satanás reina sobre el mundo. No obstante, Dios sigue teniendo el control absoluto y, de manera temporal, permite al diablo cierta autoridad. Cuando Jesús regrese a la tierra para llevar consigo a los suyos, retomará el reino de la tierra, recreando todas las cosas y haciéndolas aún más gloriosas que el jardín del Edén.

Después de ser echado del jardín, sabemos muy poco sobre lo que le sucedió a Adán. Vivía 930 años y tenía muchos hijos con Eva. Es probable que era un granjero, cultivando productos de agricultura, siendo un esposo y padre, pero siempre con la mente mirando atrás, deseando la perfección del jardín y la cercanía que tuvo con Dios. La

Para reflejar:  

1.      ¿Cómo influye la idea del libre albedrío en tu vida? Adán tuvo la opción de obedecer a Dios, pero eligió el pecado. ¿En qué momentos sientes que enfrentas decisiones similares en tu propia vida y cómo impactan tu relación con Dios?

2.      El pecado afectó la relación entre Adán y Eva. Antes de la caída, su comunión con Dios y entre ellos era perfecta, pero después, enfrentaron culpa, vergüenza y consecuencias dolorosas. ¿De qué manera el pecado afecta a tu matrimonio?

3.      Dios creó el trabajo como una bendición, pero después de la caída, se convirtió en una lucha diaria. ¿Sientes que tu labor refleja el diseño original de Dios o que es más una carga? ¿Cómo podrías darle un significado más profundo?

Anterior
Anterior

Eva, la primera mujer y pecadora

Siguiente
Siguiente

La creación y el fin del mundo