La Violación de Dina
Violación, Venganza y Redención
Continuamos nuestro recorrido por el libro de Genesis con la historia de Dina, la más joven de los hijos de Lea y Jacob, y la única hija. Un día, Dina salió a visitar a algunas de las mujeres cananeas. Desde que tenía tantos hermanos varones, es probable que se sintiera sola y deseara compartir un momento de conversación y compañía femenina. Así comienza la historia de la violación de Dina con su encuentro con el príncipe de los heveos.
La vio, la violó y él se enamoró
Génesis 34:1-4: Dina era la única hija de Lea y Jacob. Un día, Dina salió a ver a las mujeres de ese lugar. La vio Siquén, que era hijo de Jamor el heveo, príncipe de la región. Él la agarró y la violó. Pero él se apegó mucho a Dina, la hija de Jacob, se enamoró y la trató amablemente. Siquén le dijo a su papá, Jamor:
—¡Consígueme a esa muchacha para casarme con ella!
Peligro a primera vista
Aunque el matrimonio con extranjeros era mayormente prohibido, evidentemente, Dina podía tener amistades con mujeres cananeas. Es poco probable que saliera sin el conocimiento de su padre, y menos aún sola; probablemente fue acompañada por Zilpá o alguna sirvienta.
Siquén, príncipe heveo, vio a Dina. El texto no aclara si ya la conocía o si la vio por primera vez. Vencido por el deseo, la tomó. Algunos expertos bíblicos debaten si la sedujo o la forzó. Sin embargo, considerando que el valor de una mujer soltera estaba estrechamente ligado a su virginidad, y que perderla fuera del matrimonio traía estigma y complicaciones para casarse, es muy poco probable que Dina se hubiera acostado voluntariamente con él, incluso si intentó seducirla. Además, el texto lo dice claramente: la agarró y la violó.
La condenación del silencio
Al enterarse de lo sucedido, Jacob guardó silencio. No consoló a su hijita; ese silencio fue condenador. Tal vez la familia culpó a Dina: “Saliste del campo, y te juntaste con mujeres cananeas; lo que te pasó es tu culpa por asociarte con paganos.” Pero el texto dice que el hombre que la violó se enamoró de ella. ¿Es eso posible, o estaba confundido sobre lo que realmente es el amor?
Jamor, el padre de Siquén, obedeció la voluntad de su hijo, y buscó a Jacob para pedir la mano de Dina. Mientras los padres conversaban, los hijos de Jacob regresaron del campo, y se enteraron de que su hermana había sido agredida sexualmente. Se enfurecieron con Siquén, y aunque el texto no lo dice explícitamente, parece que también se molestaron con su padre por hablar con el padre del principe. Así continúa la historia con Jamor y Siquén tratando de convencer a la familia de Jacob de hacer un pacto y formar un solo pueblo.
Siquén está muy enamorado de Dina
Génesis 34:8-12: Pero Jamor les dijo:
—Mi hijo Siquén está muy enamorado de Dina, les ruego que lo dejen casarse con la hija de ustedes. Hagamos un arreglo matrimonial. Así nuestros hombres de nuestra ciudad se podrán casar con sus mujeres y sus hombres entre ustedes se podrán casar con nuestras mujeres. Quédense a vivir en esta misma tierra con nosotros. La tierra está a su disposición. Vivan en ella, hagan negocios y compren más tierras.
Luego Siquén les dijo al papá y a los hermanos de Dina:
—Acéptenme y les daré lo que me pidan. Cóbrenme un precio muy alto y muchos regalos, yo les pagaré lo que me pidan, pero déjenme casarme con ella.
Déjenme casarme con ella
Con el fin de vengarse, los hermanos de Dina impusieron una condición: todos los hombres heveos debían ser circuncidados para poder unirse a ellos como un solo pueblo. A cambio, podrían tomar esposas entre las hijas de Israel, una propuesta que violaba claramente el plan de Dios. Pero los hijos de Jacob nunca tuvieron la intención de permitir que Siquén se casara con su hermana.
Jamor y Siquén aceptaron la condición, convencidos de que el príncipe realmente amaba a Dina. Pero el problema con circuncidar solo el cuerpo es que no transforma el corazón. Los heveos podían cumplir con el rito y seguir adorando a sus dioses y con otras prácticas que Dios aborrece. Decidir por uno mismo lo que está bien o mal, sin consultar a Dios, siempre termina en desastre.
El texto repite varias veces que Siquén amaba a Dina, como si quisiera enfatizar que, aunque cometió un crimen, deseaba sinceramente tenerla como esposa. Tal vez hubo más interacciones entre ellos que las que se narran explícitamente, y él desarrolló un apego emocional hacia ella. No sabemos cuánto tiempo pasó entre la agresión y la petición de matrimonio, pero parece haber sido poco después. Quizás, además de ocultar su vergüenza, Siquén temía que Dina estuviera embarazada y deseaba casarse con ella lo más antes posible.
Venganza o justicia
A diferencia de su padre, los hermanos de Dina mostraron su indignación al enterarse de lo que le había sucedido. Curiosamente, parece que incluso Siquén deseaba justicia para ella, proponiendo casarse con Dina según la costumbre cuando un hombre tomaba la virginidad de una mujer. En esta historia, son los hijos de Jacob quienes buscan el mal, y el pagano quien anhela misericordia y justicia. Es lamentable cuántos ejemplos similares podemos encontrar hoy: cristianos que buscan venganza, y los no cristianos que persiguen la compasión y la justica.
Como hijo del rey, Siquén podía haber elegido a cualquier mujer de su pueblo, pero amaba a Dina y estaba dispuesto a pagar cualquier dote por ella. Pero, ¿cómo se sentía Dina al ser entregada en matrimonio al hombre que la violó? ¿Alivio o asco? ¿Lo aborrecía y deseaba su muerte, o respondió a su ternura? ¿Se consumía de vergüenza y se sintió aliviada cuando él se declaró? El texto no lo dice. Es probable que estuviera confundida, atrapada en una mezcla de asco, vergüenza y silencio. Así continúa la historia con el mensaje que Jamor y Siquén llevaron a su pueblo.
Formemos un solo pueblo
Génesis 34:19-23: Siquén no dudó en hacer lo que le habían pedido porque amaba a la hija de Jacob. Siquén era el hombre más respetado de su familia. Jamor y su hijo Siquén fueron a la entrada del pueblo y les dijeron a los habitantes:
—Estos hombres son nuestros amigos. Déjenlos quedarse a vivir y hacer negocios aquí…Tomemos a sus hijas para casarnos y démosles nuestras hijas para que se casen. Sólo con esta condición ellos van a aceptar quedarse a vivir con nosotros y convertirnos en un solo pueblo: Así como ellos están circuncidados, todo hombre entre nosotros debe hacerse la circuncisión. Sus propiedades, su ganado y todos sus animales serán nuestros. Sólo aceptemos lo que nos piden para que se queden a vivir con nosotros.
¿Siquén era el hombre más respetado de su familia?
El pasaje dice que Siquén era el hombre más respetado de su familia. Entonces, debemos preguntarnos: ¿qué lo llevó a actuar de una manera tan contraria al carácter de un hombre respetado? ¿La tomó por la fuerza porque cedió a un capricho momentáneo, se arrepintió y luego quiso enmendar su crimen? Si ya la había visto varias veces, tal vez le gustaba desde antes, pensando que tomarla por la fuerza sería la única forma de que su familia aceptara el matrimonio.
También es posible que la violación fuera un acto premeditado, diseñado para forzar una alianza entre los dos clanes y así compartir la riqueza de Jacob, que obviamente impresionó a los heveos. Jamor y su pueblo sabían que la familia de Jacob nunca aceptaría casarse con ellos sin mucha presión. Pero, si logaran unir al príncipe con Dina en matrimonio, compartirían todo: tierra, ganado, comida, y lo más importante, protección. Después de que Siquén le contó a su padre lo que había hecho, tal vez vieron en el crimen una oportunidad política. Jamor convenció a su pueblo de que, si aceptaran la circuncisión, la riqueza de Jacob sería suya. Sin embargo, existía la posibilidad de que Jacob se negara a entregar a Dina en matrimonio a pesar de perder la virginidad a Siquén. Si la violación fue parte de un plan, fue un riesgo enorme. Aunque esta teoría merece consideración, el texto insiste en que Siquén amaba a Dina. Si no fuera así, ¿por qué habría aceptado—y convencido a todo su pueblo—de someterse a la circuncisión? El procedimiento era doloroso y con alto riesgo de sangrado.
Los heveos aceptaron. Tres días después, mientras aún se recuperaban, Simeón y Leví entraron en la ciudad con sus espadas y mataron a todos los hombres, incluyendo a Jamor y Siquén. Luego tomaron a Dina y regresaron al campamento. Así continúa el final de esta historia, con la venganza de los hijos de Jacob.
Tomaron a Dina de la casa de Siquén
Génesis 34:26-31: Usando sus espadas mataron a Jamor y a su hijo Siquén. Luego tomaron a Dina de la casa de Siquén y se fueron. Después los otros hijos de Jacob, pasando sobre los cuerpos, saquearon todo lo que había en la ciudad, porque Siquén había deshonrado a su hermana. Tomaron sus rebaños, su ganado, sus burros y todo lo que había en la ciudad y en los campos. Capturaron sus riquezas, sus mujeres, sus hijos y todo lo que tenían en sus casas.
Después Jacob les dijo a Simeón y Leví:
—Ustedes me han metido en un lío. La gente de estas tierras, los cananeos y los ferezeos, me odiarán. Nosotros no somos muchos y la gente de estas tierras se va a unir en contra mía, me van a atacar y van a acabar conmigo y con mi familia.
Pero los hijos de Jacob le dijeron:
—Él no debió tratar a nuestra hermana como a una prostituta.
Hermanos dedicados a la destrucción
Desde que Dina estaba en la casa de Siquén, es posible que ya estuvieran casados. Los hermanos esperaron la señal de Simeón y Leví; una vez que los hombres heveos estaban muertos, entraron a la ciudad y la saquearon, llevándose a las mujeres y los niños. El texto no especifica qué hicieron con ellos, pero se supone que se convirtieron en sirvientes de la familia de Jacob.
Jacob parece débil en este momento. Reprendió a Simeón y Leví, no por la violencia ni por el dolor de Dina, sino porque lo habían metido en un gran problema político. Aún no lamentó lo que le ocurrió a su hija.
Algunas tradiciones rabínicas sostienen que Dina fue la segunda esposa de Job, y que le dio hijos y compartió con él la vida restaurada que Dios le concedió (Job 42). Si esto es cierto, Dina fue redimida: de ser vista como “una prostituta” a ser una esposa y madre amada. Es una imagen poderosa del carácter de Dios, que redime lo que el mundo desprecia, y transforma la vergüenza en honra.
Reflexión
1. ¿Qué nos revela la historia de Siquén y Dina sobre el deseo disfrazado de amor? El texto repite que el la amaba. ¿Crees que Siquén entendía qué es el amor verdadero?
2. Si Siquén era el hombre más respetado de su familia, ¿cómo explicas que violó a la mujer que supuestamente amaba?
3. ¿Qué revela la pasividad de Jacob sobre su carácter y liderazgo?

